
Reconozco que soy de reacción algo tardía, en general.
Soy de esas personas que se compran los libros y no les molesta tenerlos en la biblioteca meses, años, hasta que un día, vaya a saber un@ motivada por qué, recuerda que tiene ese libro en la biblioteca y siente que quiere leerlo.
Entonces lo descubre. Lo descubre, lo disfruta, y se acuerda de aquella persona que originó ese libro en su biblioteca (porque lo recomendó, porque lo estaba leyendo y le apasionaba, porque escuchó hablar de él, porque se lo regaló); y lamenta que esa persona ya no esté cerca para decirle "gracias".
Pero en el fondo sabe que esa gratitud le va a llegar igual, porque cree en esa máxima doblemente oriental (budista y uruguaya) que dice "cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da".