28.7.13

oda a esa niña interior

qué increíble sensación el movimiento de la vida que crece dentro mío sin pedirme permiso, sin prácticamente avisar.
Pero se mueve, y me lo recuerda a cada rato.
No puedo morir mientras tenga tanta vida en mi cuerpo.
Soy inmortal sabiéndome vulnerable, agotada, físicamente consciente, dividida en dos-en-uno.

El embarazo es un regalo de aprendizaje, límites y crecimiento. El parto... bueno, tiene ese temita del dolor.
Es como un trauma milagroso del que siempre agradeceremos que el resultado sea nada menos que la vida traída al mundo, y la vida permanecida en él.

¿Qué es la vida, sino también una meditación silenciosa, el pecho que revienta emocionado, los libros que trastornan hasta hacernos sentir-otros, las teorías descartables que nos hacen sobrevivir por momentos, las teorías absolutas a las que nos aferramos para siempre?

Maravilla
bendición divina de divinidades desconocidas
tristeza de renacer ad eternautum, ad eternition, adeterioratum
entre la noche y el día, en una heraclitoreana sinfonía de mundos, de idas, de venidas.